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Manifiesto del Viajero Responsable

Todos sin excepción hemos hecho algo malo. Hemos sido irresponsables con los animales, con la naturaleza, con otras personas, con otras culturas. Porque éramos niños. Porque aún no se hablaba de maltrato animal, de sostenibilidad, de calentamiento global, de cambio climático… No sabíamos nada de esas cosas.

En muchos casos hoy en día es igual. Por no ser conscientes de lo que dejamos a nuestro paso; nuestra huella en el lugar de nuestras vacaciones, en nuestra ciudad, en nuestro mundo… ¿Y tú? ¿Sabes lo que dejas tras de ti cuando viajas?

No eres un turista irresponsable sino mal informado

Cuando fuiste al parque zoológico con tus padres, cuando fuiste al circo con el abuelo, cuando te hiciste la foto con ese monito en brazos, cuando te diste ese paseo en un carro tirado por caballos, cuando montaste en camello o en elefante; estabas fomentando la explotación de los animales. Hoy día hay supuestas organizaciones o centros que presumen de ayudar y rescatar a animales de la explotación. Supuestos “santuarios” donde pagando una entrada puedes bañar a elefantes o dar de comer a tigres. Desgraciadamente estos centros también explotan a los animales. La fundación FAADA dispone de una lista actualizada de verdaderos centros de rescate

Cuando das dinero a los niños o dejas que te limpien los zapatos o posas junto a la niña aguantando con una cuerda a una llama o el animal famoso del país en el que estás. Pensarás que estás ayudando a ese niño y a su familia y, en cierta manera, lo estarás haciendo pero piensa también que ese niño debería estar en la escuela. Lo último que debes hacer es dar dinero a un niño. ¿Entonces? Piensas en juguetes, lápices y libretas pero quizás ya tienen o les urge otro tipo de ayuda. Si de verdad quieres ayudar, lo mejor es informarse de lo que realmente se necesita. La mejor manera que conozco es un proyecto social llamado Trip-drop un listado de necesidades documentadas en todo el mundo.

Aporta tu granito de arena

Por dejar algo bueno para las futuras generaciones. Por tener la conciencia tranquila. Por amar nuestro planeta y a todos los seres vivos (animales o vegetales) que lo habitan. Por respeto a la población local de cada lugar. Porque deberíamos empezar a aplicar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible Porque cada granito de arena que aportes, será un cambio a mejor.

Por estas y muchas más razones la Fundación InterMundial y el Instituto de Turismo Responsable han elaborado un decálogo. Diez simples reglas básicas para aplicar (antes, durante y después) en tus viajes.

Lo han llamado el Manifiesto del Viajero Responsable

Manifiesto del Viajero Responsable

1. Sé consciente de los riesgos que supone viajar y toma las precauciones necesarias

Investiga, cuando estés planificando tu viaje, las características del destino que quieres conocer y toma las medidas necesarias para tener al día toda la documentación, seguros de viaje o controles médicos que te puedan pedir. Además, sigue en todo momento las recomendaciones de las autoridades locales, sobre todo en caso de emergencias. Comprueba la procedencia de los productos que consumes para evitar cualquier riesgo, sobre todo infecciosos o derivados de reacciones alérgicas o intolerancias.

2. Fomenta el desarrollo local del destino, consumiendo productos locales

Apoya el emprendimiento local consumiendo productos o servicios que se produzcan en el destino y cuyos beneficios directos e indirectos sean repartidos transversalmente y favorezcan a los grupos más vulnerables. Asimismo, cuando adquieras cualquier bien o servicio, compra solo lo que realmente necesites y hazlo a un precio justo para no desestabilizar la economía local ni las condiciones de vida de los propietarios o empleados de los negocios locales.

3. Comparte y aprende sobre tu comunidad de acogida, respetando sus valores y tradiciones

Aprende, siempre que sea posible, sobre los aspectos culturales del destino que visitas (costumbres, gastronomía, idiomas o dialectos, tradiciones, patrimonio…). Asimismo, asegúrate de conocer sus normas sociales para evitar comportamientos que puedan resultar ofensivos o humillantes para tu comunidad de acogida. Del mismo modo, sé un ejemplo de tolerancia, creando oportunidades de aprendizaje mutuo con los locales y otros viajeros, y evita situaciones conflictivas o indeseadas.

4. Contribuye a la conservación, protección y regeneración de los ecosistemas acuáticos y terrestres del terreno

Disfruta solo de productos, servicios y experiencias que garanticen la explotación sostenible de los recursos acuáticos y terrestres del destino y que respeten el hábitat natural de la fauna y flora autóctona o foránea, evitando el maltrato animal o la destrucción del entorno. De igual modo, adopta una conducta responsable, evitando la generación de residuos, y colabora con los programas de saneamiento y limpieza realizados en el destino para evitar el deterioro de espacios naturales y mantener la biodiversidad

5. Respeta la diversidad y no fomentes o participes en actividades discriminatorias

Favorece la eliminación de barreras que limiten la integración de las personas por motivos de género, origen, religión, orientación sexual, situación económica u otra condición; evitando lenguajes sexistas, comentarios ofensivos o el uso de etiquetas que contribuyan a estereotipar negativamente a estos colectivos. Igualmente, facilita el acceso y la igualdad de oportunidades a aquellos que tengan necesidades diferentes en cuestiones de movilidad y comunicación, respetando los espacios o servicios destinados para su uso.

6. Consume de forma responsable y participa en la gestión sostenible de los recursos

Elige productos, servicios o experiencias que garanticen la gestión y el uso inteligente y eficiente de los recursos hídricos y energéticos, consumiendo los que generen menor impacto en el medio y puedan ser reciclables o reutilizables. Evita el consumo excesivo o derrochador del agua y opta, siempre que puedas, por transportes con reducidas o nulas emisiones contaminantes. Igualmente, calcula tu huella de carbono y compénsala en la medida de lo posible.

7. Favorece la sostenibilidad del patrimonio y de las infraestructuras del destino

Presta especial atención en reconocer cómo está gestionado el destino y las infraestructuras que lo componen (edificios, transportes, viviendas, espacios públicos…) para que tu visita no suponga una alteración en la vida local. Además, contribuye a la conservación de los atractivos turísticos, respetando las normas y los accesos diseñados para su preservación y protección.

8. Elige productos, servicios o experiencias que potencien la sostenibilidad del destino a través del I+D+i

Prioriza aquellos productos, servicios o experiencias que, siempre que sea posible, incorporen nuevas tecnologías y métodos innovadores que contribuyan a la sostenibilidad del destino a través del ahorro o mejor uso de los recursos, la información o la capacidad de comunicación.

9. Fomenta condiciones laborales dignas y justas que respeten los derechos de lelos trabajadores

Verifica que los productos o servicios que consumes se han producido en condiciones laborales dignas y justas que integren a la población local o en riesgo de exclusión social y que eviten la explotación sexual o infantil, el maltrato animal o la insalubridad, entre otros. De igual modo, trata de forma respetuosa a todos los trabajadores, tanto los de las empresas del destino al que viajas como los de tu propia comunidad.

10. Únete al manifiesto del viajero responsable y compártelo, pues la responsabilidad es compartida

Apoya las iniciativas y programas que fomenten el intercambio de experiencias y buenas prácticas que favorezcan la paz; participando activamente en las redes, asociaciones, actividades y alianzas que promuevan el desarrollo sostenible. Comienza adhiriéndote al Manifiesto del Viajero Responsable, realizando acciones sostenibles y haciendo partícipe de tu compromiso a los demás.

Nuestro caso

Si eres un lector habitual ya sabrás que nos encanta pasear por los mercados locales y comprar y comer donde lo hace la población local. Por supuesto que también entramos en algún fast food americano pero suele ser en los aeropuertos o en búsqueda de aire acondicionado y/o Wi-Fi.

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Mercado local en Shaxi, Yunnan (China). Un sitio genial para abastecerse

Llevamos nuestra bolsa de tela plegable y nuestras cuatro manos para evitar las dichosas bolsas de plástico. Desde que salimos de Varsovia hace casi tres años usamos la misma botella, una Nalgene y aunque siempre que podemos hervimos agua del grifo en nuestra taza de metal gracias a una resistencia, hay ocasiones (en Nepal o en India) que el agua del grifo era marrón y no nos quedaba más remedio que comprar botellas. Aún así, cuando esto sucede y vamos a estar unos días en el mismo lugar, procuramos comprar una garrafa de cinco litros o más como hicimos en Koh Tao para reducir el plástico todo lo que podamos. Nunca aceptamos que nos pongan pajitas en las bebidas. Cuando compramos comida en puestos callejeros, todas las servilletas que nos dan y no utilizamos, las guardamos para cuando nos hacemos unos bocadillos. Incluso los tickets de compra los reutilizamos para apuntar gastos, ideas, cosas pendientes, listas de compra…

No usamos productos de usar y tirar como cuchillas de afeitar, compresas… y aunque en los hostales nos den cepillos y pasta de dientes, jabón, gel, champú o toallas seguimos usando nuestros productos (que para eso los cargamos en las mochilas).

No vamos ningún lugar sagrado en camiseta de tirantes o sin mangas. No tocamos ni fotografiamos nada sin preguntar antes. Nos informamos y tenemos muy en cuenta las normas de comportamiento en la mesa o cuando eres invitado a una casa. Al igual que las diferentes costumbres que puedan tener por las religiones (cristianismo, islam, budismo, hinduismo, taoísmo o una mezcla de todas ellas) o por cualquier otro motivo cultural. A veces es necesario aprender el lenguaje corporal para no causar malentendidos. Los números en China o no levantar el pulgar haciendo auto stop en Irán ya que tiene el mismo significado que levantar el dedo medio en Europa.

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Nunca, bajo ningún concepto, participamos en ninguna atracción en la que participen animales o en la que alguna persona (por identidad, género, origen, raza, creencias, etc.) sea explotada. Ni nos acercamos a los negocios donde trabajan, aunque sea limpiando, niños.

En lo referente al transporte, ten en cuenta que empezamos viajando en bicicletas, hacemos autostop siempre que podemos y utilizamos el transporte local ya sean autobuses, barcos o trenes. Nunca vamos en un transporte en exclusiva para nosotros dos. Incluso en las grandes ciudades procuramos movernos andando o en autobuses. Cuando podemos nos gusta alquilar motos y siempre intentamos hacerlo de un particular y si no es posible en una empresa lo más pequeña posible. Nunca vamos a ninguna empresa de alquiler reconocida internacionalmente.

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En Litang, Sichuan (China) alquilamos una moto de una familia tibetana
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Con nuestras bicicletas de camino a Asia

Procuramos respetar todo y a todos. Entendemos que hay gente a la que le gusta meterse en un lugar (casi un guetto) con otros cientos o miles de turistas a comer, beber, divertirse y conocer lo mismo que tienen en su país de origen pero esto no va con nosotros. Ver el estado de Koh Lipe donde pagas la entrada a un Parque Nacional en el que no se hace nada para preservar el fondo marino, ni la pesca sostenible, ni el exceso de construcción, ni la cultura local, ni… es algo superior a lo que podemos tolerar. Ver Langkawi hace cinco años: musulmana, conservadora, con poco turismo y verla ahora con una larga playa artificial, plagada de turistas y con mujeres en topless paseando por la playa. Otra tortazo con la mano abierta para nosotros. Por todo esto preferimos ir a otros lugares donde el dinero de nuestros bolsillos vaya a la población local. Donde no podamos comer un Banana Pancake con Nutella para desayunar sino un curry de pescado fresco. Donde los locales puedan acceder a las mismas cosas que nosotros porque no hay inflación de precios debido al turismo. Donde además de la comida o lo que hayas comprado, alquilado o compartido recibamos de propina una sincera sonrisa dedicada especialmente a nosotros y donde nos encanta regalarles nuestras mejores y más sinceras gracias (en su idioma).

En un restaurante familiar en Surabaya, Indonesia

Esperamos mover algo dentro de ti, en tu conciencia. No te sientas mal si has estado haciendo algo malo o irresponsable. De los errores se aprende. Proponte ser mejor persona y más responsable en el futuro. Pero tienes que ir paso a paso. Es un aprendizaje largo donde cada pequeño logro cuenta.

Para empezar, difunde esto entre tus amigos. Cuanto más seamos y antes empecemos, mejor.

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Víctor

Atípico español, que no aguanta los toros, el fútbol, el flamenco y el calor. Le encanta el invierno y la cerveza fría. Profesor de español de vocación. Un cabezota que siempre tiene su opinión. Manitas comparable a MacGyver, con cinta, cuerda y un cuchillo arregla casi todo y con pegamento, todo. Cuando coge un libro, el mundo no existe. Bueno, lo mismo pasa si se pone a acariciar a perros y gatos. Se levanta y se despierta al mismo tiempo. Vamos, un tipo majo 😀

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