Surabaya. Un cumpleaños excepcional y Tumpeng
A veces ocurre que las decisiones tomadas accidentalmente (o de forma espontánea) acaban en algo bueno. Como resultado de extrañas circunstancias una noche de agosto llegábamos a Surabaya, una gran ciudad de la isla de Java.
¿Y tú qué sabes de Surabaya?
Surabaya no está en ninguna lista de los “must see” de Indonesia. Es una ciudad de tránsito. Su popular aeropuerto tiene billetes a precios muy bajos y, justamente, es la principal razón por la que nos encontramos aquí y no, por ejemplo, en Bali. Simple y fácil, el vuelo más barato que pudimos encontrar desde Manado fue a Surabaya. Y si además no hay nada que ver allí, más queremos ir.
Ahora el nombre de Surabaya seguro que no te dice nada. No te preocupes, hasta hace poco a nosotros tampoco nos decía nada. Es difícil de creer que durante los siglos XVIII y XIX el puerto era competencia directa con Shanghái y Hong Kong. Aunque hoy la fama de Surabaya fuera de Indonesia se ha debilitado un poco, la ciudad sigue siendo el segundo centro financiero y económico más importante del país después de Yakarta.
En realidad, es una metrópolis vibrante y llena de vida, por supuesto al estilo indonesio: caótica, sucia, mucho tráfico y ruidosa. No sólo nos acostumbramos a esa energía de las ciudades asiáticas, incluso conseguimos que nos gustara.
Una casa de féminas
Después de una serie de aventuras con nuestro perdido conductor de Uber, llegamos finalmente a nuestra casa para los próximos días. Son pasadas las once de la noche, completa oscuridad, la ciudad duerme. Por suerte nuestra anfitriona Soe prefiere trabajar de noche y aunque nos sabía mal llegar tan tarde, los remordimientos se esfumaron. Soe es una artista de talento. Prepara ilustraciones para libros, diseña ropa y dibuja todo lo que captan sus ojos.
Soe vive con su madre, dos hermanas, tres gatas y una perra pequeña. Una casa de féminas y poco o nada del estilo de vida de indonesia. Definitivamente no son conservadoras. Les encanta viajar, son educadas, felices, abiertas, creativas. Sus animales están bien cuidados, redondeados a base de todas las delicias que reciben, mimados. Ninguna de las hermanas está casada, aunque teniendo en cuenta su edad (más de 30) es probable que muchos las tenga por ancianas. Comparten la pasión por la cocina. Una pasión tan grande que la convirtieron en un negocio familiar. Producen noodles y pasta de excelente calidad. Suri, una de las hermanas, supervisa el negocio. Mientras Santi, la otra hermana, se encarga de crear platos caseros con la pasta que producen. Tuvimos la suerte de probar varias de sus creaciones incluyendo unos increíbles dim sums rellenos de gambas. ¡PARA CHUPARSE LOS DEDOS!
En lugar de conocer la ciudad, durante unos días nos convertimos en miembros de la familia. Vimos la televisión juntos, hablamos, hicimos pierogi ruskie (empanadas típicas polacas rellenas de puré de patatas, queso fresco y cebolla) y dim sums con gambas y carne de cerdo, conocimos los sabores locales, caminamos por los suburbios de Surabaya. También tratamos de extender nuestro visado de Indonesia pero finalmente, nos dimos por vencidos. En la oficina de inmigración de Surabaya son bastante antipáticos y el proceso para la extensión del visado se alarga durante seis días hábiles, más de una semana contando el fin de semana. Ni siquiera la sugestiva indicación con el dedo en la fecha de nacimiento de mi pasaporte y en el calendario causó efecto en el funcionario, exactamente ese día era mi cumpleaños. El funcionario se mostró inflexible, con su rostro inexpresivo como si no nos tuviera delante. Difícil pero lo que tenga que pasar, pasará… Ya resolveríamos el problema del visado en Lombok.
En lugar de conocer las atracciones turísticas de la ciudad, nos concentramos en su gastronomía. También posamos para los dueños de un pequeño warung…
….e hicimos pierogi. Verdadera fusión. En lugar de queso fresco, más cebolla y ajo. En lugar de la masa tradicional, masa casera indonesia para won ton. ¿Se puede? Se puede.
Cumpleaños y Tumpeng
Si no fuera por el visado y el desagradable funcionario, ni siquiera hubiera mencionado mi cumpleaños. ¿La razón? No tengo ni idea sobre cómo lo celebran en Indonesia. Quizás involuntariamente estoy forzando a las encantadoras hermanas a organizar una gran fiesta. Quizás estarán delante de las ollas en la cocina durante horas. Quizás se sientan incómodas porque no quieren celebrar el cumpleaños. Quizás no haya nada especial. Me fui con mi marido en busca de mi regalo. Una máscara de buceo. Fuimos con el inmortal Uber/Grab a un gran centro comercial porque allí está la tienda de buceo más grande de Surabaya. Fue una sorpresa encontrarnos la tienda cerrada. Nada de regalo. Indonesia es impredecible.
Para mi deleite, mi marido preparó una sorpresa para mí. No sé dónde, no sé cómo ni por cuánto (ni quiero saberlo) pero consiguió una autentica tarta de queso con chocolate de alguna manera. Los que hayan pasado varios meses por el Sudeste Asiático sabrán que el queso es un producto escaso (léase caro y disponible sólo en tiendas snob para extranjeros). La tarta de queso casi me dio un tic nervioso. Temblé de placer. Comí tanto que perdí las ganas de cenar. Aquí mis anfitrionas me sorprendieron, especialmente Santi que no sé cómo ni cuándo (otra vez) pero logró preparar Tumpeng, uno de los platos más típicos para las ceremonias, servido solo en ocasiones excepcionales (esta lo era, 35 años se cumplen una vez en la vida)…
Ahora en serio. Una lágrima se asomó a mis ojos. Porque el Tumpeng es realmente algo especial, servido en celebraciones importantes y felices. Este plato – composición se compone de varios ingredientes alrededor de un cono de arroz amarillo (con sabor a cúrcuma) servido sobre una cesta hecha de bambú. Una colección de platos indonesios se organizan alrededor del arroz. Antes de decirte todo lo que había en mi Tumpeng de cumpleaños, unas palabras sobre la composición. El Tumpeng es una pequeña obra de arte. Los diferentes platos no están dispuestos alrededor del arroz al azar. Una bella apariencia es la clave para que te lo comas con los ojos. Por lo tanto, los pequeños cuencos intrincadamente hechos de hojas de plátano llenos de delicias son presentados alrededor del arroz. Santi perfeccionó el Tumpeng durante más de una hora, cortando decoraciones vegetales y formando unos cuencos perfectos de hojas de plátano. ¿Qué había en mi Tumpeng? El tempeh y la ensalada de coco fue lo más delicioso. El omnipresente pan de gambas, pollo frito, verduras guisadas, anchoas y gambas fermentadas con cacahuetes, tofu, una pequeña tortilla cortada, camarones fritos, fideos caseros y, por supuesto, el sambal perfecto. Aunque lo parezca, al Tumpeng no se le pone todo lo que tengas a mano… El Tumpeng ideal debe mantener el equilibrio entre los diferentes ingredientes, es decir, verduras, carne, huevos y mariscos.
Tumpeng es un elemento tan arraigado en la cultura javanesa (y no solo) que en 2014 se convirtió en el plato nacional indonesio. De hecho el Tumpeng combina lo mejor de todo. Aquel que coma Tumpeng, probará la quintaesencia de la cocina indonesia.
Así que no fueron las atracciones de Surabaya las que se quedaron en nuestra memoria, sino la hospitalidad del hogar de las hermanas Prasetio, los ratos pasados cocinando juntos, haber probado todas esas delicias de Indonesia y el mágico Tumpeng. ¡Ojalá haya más personas así en nuestro camino!
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