¿Qué buscas cuando viajas?
Desde las personas que se van a un hotel en la otra punta del mundo para ponerse una pulsera y pasarse el día en las piscinas y los bares sin salir del complejo hotelero hasta los que se cargan cuatro cosas a la espalda y se van andando a cualquier parte. Pasando por los viajes organizados en grupo, las escapadas de fin de semana, las dos semanas de verano en la playa…
Lo que quieras, lo que se te pase por la cabeza. Eso es libertad.
Libertad de viajar como uno quiera pero siempre respetando el modo de viajar de los demás. Aunque no lo compartamos ni lo entendamos.
Es posible que este post no me haga muy popular entre algunos grupos de personas. Por eso pido perdón de antemano por si alguien se siente aludido y/o ofendido. Sólo es mi opinión, no quiero juzgar a nadie y no pretendo cambiar la manera de viajar de nadie. Una de las mejores cosas de viajar es la libertad.
Hace unos meses ya escribí sobre la moda de viajar. Hoy se me ha ido la cabeza otra vez y me ha dado por pensar.
Lo auténtico
Auténtico. Un término que oigo mucho últimamente, sobretodo entre las personas que se autodefinen como viajeros o mochileros. No se ven como turistas. Se consideran mejores porque huyen de los sitios turísticos en pos de encontrar lo verdaderamente auténtico.
Quieres que los lugares a donde vas sigan siendo auténticos. Que sigan viviendo sin electricidad, sin agua corriente y que la gente te invite a sus casas. Que te ofrezcan una comida que no se pueden permitir para ellos y un lugar donde dormir. A cambio de unas sonrisas y alguna prenda de ropa que dejas porque tenías pensado tirarla de lo desgastada que estaba.
Hoy en día lo auténtico es así: los nómadas en Mongolia o China tienen placas solares en sus tiendas de campaña para alimentar la TV y cargar los teléfonos. Todos los que se lo pueden permitir tienen motos para controlar el ganado y los que no pueden; están ahorrando para comprar una.
Incluso Irán que aún no sufre el turismo masivo se desarrolla. Al llegar a las montañas Zagros en el Kurdistán iraní ¿qué esperas encontrar?¿Kurdos viviendo en cuevas?
Encontrarás pueblos y ciudades con casas construidas con piedra arrancada de las montañas. Encontrarás a sus gentes vestidas a la manera tradicional pero con teléfonos en las manos. Por supuesto tienen electricidad, agua corriente, TV, internet y muchos de ellos van o han ido a la universidad. Viven en el siglo XXI en un país desarrollado igual que tú.
Lo turístico
Por supuesto que hay muchos lugares fuera de los circuitos turísticos pero ¿qué pasa cuando los descubrimos? Pues que lo contamos.
Se lo contamos a cada persona que se cruza en nuestro camino lo difícil que fue llegar, lo bien que se estaba en ese lugar, lo buenos que eran sus pocos habitantes, nos invitaron a comer, a dormir, a beber… en definitiva: Un lugar auténtico.
Ahora te pregunto ¿qué dejamos allí? Allí donde no llega nadie porque no hay transporte público. Allí donde no hay un lugar de culto o paisaje que contemplar con lago, rio, montaña. Allí donde sus pobladores viven de la tierra y de sus animales como han hecho durante generaciones. NADA. Nada bueno. Plantamos la semilla de la que crecerá con una fuerza descomunal “lo turístico”.
Con el tiempo empezará a llegar cada día más gente y se abrirá un homestay y después otro y otro más. La gente dejará de trabajar la tierra. Los niños dejarán la escuela para limpiar zapatos, llevar maletas o posar para las fotos. Cada sitio donde mires será un restaurante, un hostal, una tienda de recuerdos, tours organizados, alquiler de bicis.
Seguirá llegando más y más gente. La vida en el lugar será tan cara que la población local que no pudo subirse a la gran ola del turismo, abandonará el pueblo y lo poco que quedaba de auténtico (esas callecitas laterales por las que nos encanta pasear para ver como vive la gente) desaparecerá con ellos.
Confesión
Piénsalo bien. Todos hemos disfrutado de lugares así y somos tan culpables como cualquiera. Simplemente admítelo porque no se puede hacer otra cosa.
Mira Machu Picchu. Desaparecido y olvidado hasta hace 100 años. Ahora hay tren para llegar hasta la ciudad que se construyó para ser la puerta de entrada al lugar.
O Khajuraho tapado por la selva durante más de 800 años y ahora una ciudad que gira en torno a los turistas que van a visitar sus templos.
El mayor eje en que el mundo gira es el turismo. Lo transforma todo. Desde las callecitas del casco antiguo o la playa de tu ciudad hasta el pequeño pueblo andino o tibetano. Por no hablar de Thamel, el ghetto para turistas de Kathmandú.
Y así será en cada rincón de este mundo hasta que todo sea una gran atracción turística con pizza, hamburguesas, café expresso, cerveza barata, estudios de tatuajes y fiesta nocturna todos los días de la semana.
Y tú ¿qué buscas cuando viajas?
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Víctor
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