12 platos y otras tradiciones. Navidad en Polonia
Escribimos mucho sobre países lejanos, sitios exóticos, comidas raras y costumbres diferentes. Esta vez os quiero hablar sobre las tradiciones en Polonia. No sobre cualquier tradición sino sobre la Navidad en Polonia. Son unos días muy especiales en muchas casas aquí. Es la culminación del año, el momento más importante, no sólo por los regalos sino por las tradiciones. Somos esclavos de nuestras tradiciones. Por cierto, soy Kasia y de vez en cuando apareceré como autora aquí.
Navidad en Polonia
La Navidad en Polonia se empieza el día 24 de diciembre cuando en el cielo aparece la primera estrella. Cuando era pequeña esperaba con ansiedad, pegada a la ventana, observando el cielo y buscando esa primera estrella. Cuando aparecía, significaba que podía agarrar los regalos de debajo del árbol de Navidad. Lo malo es que, por estas fechas, el cielo suele estar bastante nublado y ver una estrella es un reto incluso para los más pacientes. A veces, las estrellas simplemente no aparecen. ¿Qué hacer entonces? ¿Significa que no va a haber Navidad? ¿No se podrán abrir los regalos? Afortunadamente mi familia nunca ha tenido tendencias sádicas y me solían dar varias explicaciones como por ejemplo: en Italia ya ven la estrella, yo no veo la estrella porque soy pequeña, pero ellos la ven, han llamado a un amigo que vive en otra punta de la ciudad y ahí ya ven la estrella. Era un gran alivio para una niña desesperada.
Larga espera de niños ansiosos
Así que el 24 de diciembre por la noche se empieza la Navidad. Realmente no se empieza con los regalos, sino con una cosa rara que recuerda la hostia de la iglesia. En polaco se llama „oplatek” y sirve para felicitar. Cada uno coge un trozo y felicita a otra persona cogiendo un trozo de „oplatek” de la otra persona y ofreciéndole un trozo del suyo. Este es el momento que todo los niños odian. Ven los regalos ahí tan cerca, debajo de árbol. Los regalos les están llamando, pegando gritos „¡¡¡ábreme!!!”. En vez de agarrar y abrir lo que Papa Noel les habrá traido, tienen que aceptar los besos de los abuelos, los tios, los padres y felicitaciones que ni siquiera entienden. Si, la Navidad es dura.
Doce platos y algunas otras tradiciones
Cuando ya pasó el momento de las felicitaciones y los regalos, es la hora de cenar. En Polonia no cenamos cualquier cosa. No es que seamos vegetarianos, pero por razones que no comparto (pero como no soy muy carnívora, tampoco me molestan), este día no comemos carne. Cantamos villancicos, aunque esa parte realmente la odio porque no me siento religiosa y cantar sobre Jesús, sus aventuras y sus desventuras me pone los pelos de punta.
Ponemos un servicio de platos y cubiertos adicional en la mesa; preparado por si algún desconocido toca a la puerta. Preparamos doce platos y obviamente no son doce platos cualesquiera. Son platos tradicionales, preparados especialmente para esta cena y este día.
En Polonia cualquier comida que se precie, excepto el desayuno, empieza con una sopa. Da lo mismo si es verano o invierno. Para el 24 de diciembre hay dos tipos: sopa de setas o sopa de remolacha. Normalmente en mi familia se prepara la de remolacha (plato n°1).
Empecemos por la carpa. Un pez de aguas dulces, bastante despreciado en gran parte del mundo pero muy apreciado en Polonia. ¡Es que somos especiales los polacos! Bueno, pues la carpa se prepara frita y en gelatina (platos n°2 y 3). Si, un plato que odian todos los extranjeros. Gelatina salada, con pescado y verduras. Mi querido marido cuando la ve, se le ponen los pelos de punta. Para nosotros es una delicia…
Pasemos a las coles. La col es una verdura mágica. Barata, universal y rica. Nos encanta. Para Navidad no usamos col fresca, sino col ácida. Un tipo de col fermentada en agua con sal (chucrut). Tradicionalmente (así lo hacía mi bisabuela) se picaba la col muy finita, luego se añadía sal y se mezclaba muy bien, apretando y distibuyendo la sal, asegurándose al mismo tiempo de que la col suelte el agua. De esta manera, la col en unos barriles de madera aguantaba todo el invierno y más. Supongo que ahora poca gente lo hace así, pero la col ácida sigue siendo un producto muy popular en Polonia. Para la cena de la Nochebuena (por cierto, ya os habréis dado cuenta de que en Polonia el día más importante es el 24 de diciembre aunque no libramos del trabajo este día), preparamos col con setas y col con guisantes (platos n°4 y 5). Col con setas es el plato favorito de Víctor y col con guisantes, el mío. Por cierto, col con setas es uno de los platos más caros en nuestra mesa navideña y es por las setas. Hablamos de setas silvestres secas que cuestan una barbaridad, pero saben de maravilla. A veces hacemos unas empanadillas que llamamos pierogi y las llenamos con col o col con setas (plato n°6). Este año preparé con Víctor más de 200 empanadillas. No es que cocinemos para un ejército, pero nos gustan las empanadillas así que lo que no comamos en Navidad, irá al congelador y nos hará una cena rápida un día cualquiera.
El siguiente producto mágico es el arenque. No puede faltar. El más clásico es con aceite y cebolla (plato n°7). Pero sólo lo clásico es aburrido, por lo tanto preparamos también arenque con aceite y frutos secos, arenque en mostaza y una ensalada de arenque con habichuelas, patatas, pepinillos marinados y cebolla (platos n°8, 9 y 10). Ya que estamos con las ensaladas, lo más típico para cualquier fiesta polaca es una ensalada de verduras oldschool (plato n°11). Cada mujer tiene su receta.
Rompiendo las tradiciones
Este año mi madre ha decidido saltarse algunas normas y ha preparado una “rolada” de espinacas con salmón ahumado y tomates secos (plato n°12). Viniendo de mi madre es una locura romper así con las tradiciones. Con todo esto en la mesa ya tenemos los doce platos de rigor, sin contar con los postres. ¿A qué es una locura?
No es de sorprender que las tiendas y los supermercados son literalmente intransitables desde hace días si no semanas. Hay que comprar tantas cosas para luego prepararlas y cocinarlas todas. Porque es impensable, de mal gusto y casi ilegal comprar comida preparada. Todo tiene que ser elaborado, tradicional y lo más importante: casero. Me burlo un poco, pero sólo un poquito. Más que otra cosa, porque yo también participo en esta locura. La última semana mi teléfono sonaba a cada rato con un recordatorio: „cocina col”, „pica setas”, „pon a remojo el arenque”, „haz tarta de queso” etc.
Lo más gracioso es que la Navidad en Polonia no se termina el 24 de diciembre. Celebramos dos días más. Así que el día 25 por la mañana empezamos con el desayuno. En la mesa no pueden faltar unos embutidos caseros – pates, lomo, ternera y jamón. Ensalada de verduras oldschool y arenque. Tartas y otras cosas que sobraron de la cena de la noche anterior.
Tanto el 25 como el 26 de diciembre transurren al ritmo de comer y descansar para poder comer de nuevo. A veces visitamos a la familia que vimos el 24 de diciembre. Visitar significa comer, siempre se va a casa de alguien para comer. A eso de las 2 – 3 de la tarde y no se para de devorar hasta la noche. Los anuncios en la tele hablan de dos cosas. Rebajas navideñas para que cada uno pueda satisfacer sus necesidades consumistas, y medicamentos para ayudar a la digestión. Hay toda una gama de pastillas. Unas que se derriten en la boca, otras efervescentes, algunas para el hígado, otras para la acidez. Cada año el día 26 por la nocha todos nos decimos lo mismo: el año que viene aprenderé de mis errores. No cocinaré tanto, no comeré tanto… Y el año que viene se repite todo…
P.S.
Después de escribir todo esto, se me olvidó hacer fotos de los platos en la mesa navideña. «Afortunadamente» estamos en Polonia y preparamos tanta comida que aguanta hasta el día 28 de diciembre. Entonces las fotos las he hecho entre el día de ayer y hoy.
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