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Jiufen Tajwan

Jiufen, un pueblo ahogado en nubes

El autobús recorre laboriosamente kilómetro a kilómetro. Cada vez subimos más alto y vemos cada vez menos. Las nubes se juntan como la multitud asistente a un concierto. La niebla se espesa hasta parecer leche. La lluvia golpea como una maza contra las ventanas mientras tratamos de dilucidar al menos un pequeño fragmento de las impresionantes vistas sobre las que hemos leído que hay desde el autobús que va a Jiufen. Aunque, no para nosotros, no esta vez…

Nueve partes y el primer descubrimiento

Jiufen es una pequeña ciudad al norte de Taipéi. La Mecca para muchos turistas japoneses, chinos y taiwaneses. Al principio nadie hubiera dicho que aquí donde solo nueve familias vivían en el siglo XVII repartiéndose a partes iguales los envíos de víveres y otras mercancías (Jiufen significa nueve partes) había algo más, algo especial. Era un lugar más como las docenas de asentamientos que cubrían estas montañas. Como de costumbre, fue el destino quien decidió. A finales del siglo XIX la fiebre del oro llegó a Taiwán. Jiufen y otras aldeas cercanas se convirtieron, de la noche a la mañana, en importantes centros de explotación minera. El auge de la minería coincidió con la colonización japonesa de la isla que aceleró la industrialización de la región. Jiufen pasó de ser una pequeña y tranquila aldea a una ciudad llena de vida. Sin embargo, las reservas de oro no duraron para siempre. Con la caída de la dominación japonesa, la fiebre del oro terminó y la industria minera se fue reduciendo hasta que en 1971 las minas se cerraron definitivamente. Jiufen volvió a caer y se estancó en el olvido. Regresó al estado de pequeña e insignificante aldea de montaña.

Jiufen

El cine y el segundo descubrimiento

Sin embargo, ¿cómo puede Jiufen caer en el olvido? Con una ubicación tan pintoresca, casas repartidas por verdes colinas a orillas del océano. En los momentos en que las nubes desaparecen, la visión que se revela es algo que nunca olvidaré. ¡Una accidentada línea costera y grupos de luces a los pies de colinas de verde exuberante que se elevan directamente desde las aguas del océano! La volatilidad le añade su toque especial, en pocos minutos la niebla lo absorbe todo y entonces  solo queda lo que han capturado mi cámara y mis retinas. 

Jiufen

Jiufen

Jiufen

Todo esto no deja indiferente a nadie y no es sorprendente que Jiufen fuera “descubierta” por segunda vez. Esta vez el descubridor fue la industria del cine. Comenzó con un director taiwanés, Hou Hsiao-Hsien y su película “Ciudad de tristeza” que trata sobre el Incidente 228. La película se convirtió en un éxito a nivel nacional y los taiwaneses empezaron a ir en masa a Jiufen, donde fue filmada, para ver con sus propios ojos todo lo que les había cautivado en la pantalla del cine. En 2001 un cineasta japonés de renombre internacional, Hayao Miyazaki, usó el antiguo pueblo de Jiufen como lugar de acción para su anime Spirited away (El viaje de Chihiro). La película batió récords de popularidad no solo en Japón, y Jiufen (de nuevo) se hizo famosa de la noche a la mañana. Hoy en día, los turistas japoneses son, aparte de los chinos, el grupo más grande que visita Jiufen.

Cuando llueve a cántaros

Cuando bajamos del autobús, llueve a cántaros. Sin desanimarnos, abrimos los paraguas, nos cerramos bien las chaquetas y salimos a explorar Jiufen. Al llegar a la principal calle comercial (Jishan Street o Jiufen Old Street) no podemos ni andar. Nos dejamos llevar por la multitud que nos lleva calle arriba rodeados de puestos de comida, tiendas y restaurantes. Nos sentimos atontados. Todo es ruidoso, sofocante y demasiado iluminado. Es cierto que habíamos oído que Jiufen es un destino muy popular para los turistas pero pensábamos que las fuertes e incesantes lluvias de los últimos tres días habrían disuadido a la mayoría de las excursiones organizadas de su visita a Jiufen. Desafortunadamente estábamos muy equivocados. Los japoneses y chinos venían como hordas. Desde una terraza vimos un aparcamiento en el que contamos hasta cincuenta autobuses. ¡Cincuenta! En un pequeño pueblo que literalmente cuenta con unas pocas calles que se cruzan había como mínimo 2500 turistas.

Flip Flop Hostel – un oasis en Jiufen

Nos retiramos estratégicamente y nos escondimos en el hostal. Tuvimos suerte. Vivíamos en un perfecto oasis de paz y tranquilidad. A veces la felicidad es la que nos encuentra. El Flip Flop Hostel se ofreció a alojarnos a cambio de nada. (Simplemente les gustó el correo que enviamos a varios hostales en busca de trabajo a cambio de alojamiento para pasar el invierno en Taiwán.) La estancia en este albergue fue nuestra despedida del país, un paréntesis de lujo para nuestro último fin de semana taiwanés antes de volar rumbo a Japón. Y no pudo ser mejor.

Durante el día mientras llovía sin parar y las multitudes de turistas invadían las calles de Jiufen como las tropas mongolas comandadas por Gengis Kan hicieron por Asia; nosotros escuchábamos música, veíamos películas y observábamos el paso lento de las nubes desde la comodidad de nuestra cálida habitación. Al caer la tarde, cuando las tropas de turistas se replegaban en Taipéi, salíamos a caminar.

El rincón práctico

Insistimos en que lo mejor es quedarte al menos una noche si no quieres salir de allí odiando a Jiufen, a los japoneses, a los chinos y a los taiwaneses.

Cómo llegar:

Descartando la excursión organizada de un día, tienes dos opciones. La primera es el autobús número 1062 que sale de Zhongxiao Fuxing Station y que en un poco más de una hora te dejará en Jiufen. La segunda es el tren hasta Ruifang y de allí alguno de los autobuses hasta Jiufen. Nosotros fuimos en autobús directo y volvimos en autobús+tren.

Dónde dormir:

Hay muchos alojamientos de todos los tipos y precios pero recuerda que es un lugar muy turístico. Evita los fines de semana y procura reservar alojamiento con la máxima antelación posible.

Dónde comer:

Cada lugar turístico en Taiwán está lleno de puestos de snacks y restaurantes y casi todos son carísimos. Los restaurantes que pudimos ver eran muy caros para nuestro presupuesto. Comimos y cenamos a base de la gran variedad de sándwiches y platos frescos o precocinados del 7eleven o del Familymart.

Las oscuras calles de Jiufen iluminadas solo con las típicas lámparas rojas y la niebla nos hacían sentir en una película de terror. Esperábamos que algún vampiro, un hombre lobo o alguna otra criatura asesina saliera a nuestro encuentro a la vuelta de la esquina. Por fin podíamos hacer fotografías sin gente pasando por delante o abrir el paraguas y caminar sin miedo y a nuestro ritmo. Por eso, te recomendamos encarecidamente que no vayas a Jiufen en una excursión de un día. Quédate al menos una noche para sentir el tranquilo y verdadero ambiente de este pequeño y encantador pueblo. Verás como se diferencia el día atestado hasta límites imposibles del atardecer y la noche cuando casi no hay nadie en las calles.

Jiufen

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Kasia & Víctor

Una polaca y un español. Llevan viajando juntos desde 2008. Fue entonces cuando se conocieron en Perú y pronto descubrierion que viajar es algo más que un pasatiempo. Locos por animales, buenos libros y estar en movimiento.

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