Cameron Highlands. Un descanso del calor
Me encanta recorrer las ciudades a pie. Perderme por sus calles, grandes o pequeñas. Descubrir pequeños rincones donde transcurre la vida cotidiana de sus habitantes como hicimos en George Town y en Ipoh. Pero hacer todo eso aguantando el calor y la humedad de estas latitudes, no me gusta tanto. Necesitaba un pequeño descanso. Escapar del tráfico, del ruido. Poder andar sin riesgo de deshidratación. Dejar de sudar las 24 horas del día y de la noche. Taparme por las noches. Para encontrar un lugar fresco y bonito hay que ir al interior, a las montañas. Ese lugar es Cameron Highlands.
Cuando estuvimos en Malasia hace cuatro años cambiamos nuestra visita a Cameron Highlands por una escapada a Siem Riep para ver Angkor. Esta vez no la hubiéramos cambiado por nada. De hecho estuvimos dos veces. La primera antes de ir a Ipoh y la segunda (desde Ipoh) para pasar unos días más con nuestros amigos Irene y Dominique.
Qué hacer en Cameron Highlands
Cameron Highlands está formado por dos pueblos: Brinchang y Tanah Rata.
Brinchang es horrible, parece una colmena de antiestéticos hoteles rodeada de invernaderos aunque Tanah Rata no es mucho más bonito por lo menos no hay edificios altos. El tráfico, sobre todo los fines de semana, es un caos aderezado con los pitidos y los tubos de escape de las cientos de motos que circulan a todas horas.
Por suerte no vas a Cameron Highlands para pasear por la ciudad sino para recorrer los alrededores. La mayor atracción de Cameron Highlands son las plantaciones de té o las decenas de senderos de trekking o los invernaderos de fresas. Todo depende de tus gustos.
Si eres de los cómodos y/o vagos puedes contratar una agencia para que te lleve a recorrer las plantaciones de té y admirar los paisajes. Por el contrario, si eres activo y te gusta el senderismo, tienes muchas rutas fáciles y otras no tan fáciles para recorrer por los alrededores. Por último, algo muy popular entre los malayos, puedes ir a un invernadero y pagar por recoger fresas. Extraño pero así es: tú trabajas recogiendo fresas (espero que luego te las puedas comer) y les pagas por ello.
Ya sabrás que nosotros solemos huir de las agencias, de las excursiones y de todo lo que esté organizado (léase preparado) para los turistas. Moverse por Cameron Highlands es muy fácil. No necesitas ningún guía ni conductor ni nada por el estilo. Es suficiente con alquilar una scooter, Maps.me y un par de piernas.
Trekking en busca de té
Nuestra meta en Cameron Highlands era ver las plantaciones de té. Hace un poco más de un año no pudimos ver nada en Munnar (en el estado hindú de Kerala) porque durante los dos días que pasamos allí estuvo nublado y lloviendo unas 48 horas.
El primer día metimos los chubasqueros, agua y algo de comida en la mochila y salimos a andar en busca del té. Te puedes guiar con el mapa que te dan en todos los hoteles o comprar uno más detallado. Nosotros preferimos (como escribí antes) la aplicación Maps.me y las descripciones de los caminos se pueden leer en Wikitravel.
Elegimos el sendero número 10 y después de una hora y media de subida llegamos a Gunung Jasar. Aunque estaba muy nublado no quisimos volver por el mismo camino. Una rápida consulta al mapa del teléfono nos indicó que a unos metros nuestro sendero se cruza con el número 6 que nos llevaría directos a la plantación de té de Bharat; así que seguimos la marcha.
El sendero número 6 no se puede calificar como sendero. Con 30 o 40 centímetros de ancho, cubierto por vegetación y rodeado por una espesa selva. A los pocos minutos de andar cuesta abajo por barro resbaladizo, el cielo se oscureció en un momento y empezó a llover. La cuesta se transformó en grandes escalones de más de un metro de altura y en uno de ellos el bastón de trekking se clavó más de medio metro en el barro y se partió por la mitad. Aún así continuamos en busca de nuestro té.
Después de dos horas con los pies empapados, deslizándonos por el barro, saltando escalones y riéndonos de la aventura en la que nos habíamos metido, llegamos a un pueblo y empezó un camino de cemento también resbaladizo por la lluvia. Ya sin lluvia y sin esperanza de encontrar la plantación el camino giró y apareció…
Con una sonrisa en los labios y cámara en mano, paseamos tranquilamente empapándonos del paisaje que nos rodeaba. Té, té y más té. Donde mirábamos sólo se veían plantas de té. Grandes hojas de un verde oscuro esperando a ser cortadas y pequeñas de un verde claro casi amarillo que se van oscureciendo al crecer; originan una amplia gama de verdes creando unos paisajes increíbles.
Al final llegamos a la entrada de la plantación donde cientos de malayos van en coche a tomarse un té y ver parte de la plantación desde el restaurante. Para vover a Tanah Rata le preguntamos al primer coche que iba en esa dirección si podía llevarnos y en menos de veinte minutos estábamos en la ciudad.
Bosque o selva
Ya escribí que hay muchas rutas de senderismo por los alrededores. Casi en las afueras de Tanah Rata un pequeño sendero lleva hasta la cascada Perit y luego se une al número 3 y 4 atravesando la selva aunque se asemeja más a un bosque. Grandes árboles frondosos cubiertos de musgo. Todo en penumbra excepto algunos rayos del sol que se abren paso hasta el suelo. Los pocos huecos que quedan entre los árboles están plagados de helechos de todos los tamaños y el suelo repleto de hojas y raíces se hunde un poco a cada paso que damos.
Los senderos están vacíos. La mayoría de los malayos no son muy partidarios de andar ni de alejarse de la civilización; la idea de no tener unos cuantos sitios donde comer algo a cualquier hora del día es impensable. También muchos de los turistas extranjeros acuden a las agencias para que les lleven a las plantaciones y los pocos que se van a andar lo hacen con un guía que les lleva por los senderos más fáciles y en mejor estado.
Al volver a Cameron Highlands con nuestros amigos suizos alquilamos un par de motos y visitamos las plantaciones de té y el Mossy Forest. No sé porque es tan famoso, es bonito e interesante pero (como escribí más arriba) al recorrer algunos de los senderos a través del “bosque selvático” encontrarás los mismos árboles cubiertos de musgo y sin nadie a tu alrededor que te estorbe mientras observas o haces fotografías.
Ten en cuenta que la señalización de los senderos es desde pésima a inexistente y, aunque no necesites un guía para recorrerlos, asegúrate de llevar un buen mapa en papel o electrónico y la batería del teléfono bien cargada.
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Víctor
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