Ereván, una pequeña desilusión
Ereván, la capital de mi deseada Armenia me decepcionó un poco. No es una ciudad fea y sucia, ni la gente es antipática; simplemente es una ciudad cualquiera con algunas pequeñas sorpresas. El centro de la ciudad es bastante moderno y poco queda de su época soviética aparte de la Plaza de la Ópera y la Plaza de la República que es el centro neurálgico de la ciudad. Desde allí se extiende en círculo la mayoría de las «atracciones» tanto para turistas como para locales, además de todos los bares, cafeterías, pubs y tiendas de ropa. Como ya hemos dicho en alguna ocasión, no somos gente de museos (salvo alguna excepción) y, aunque todo el mundo recomienda el Museo del Genocidio Armenio, decidimos pasar de él y intentar perdernos por las calles de la ciudad. Nos costó bastante pero lo conseguimos y pudimos ver algunos edificios que recuerdan a los bloques soviéticos que aún puedes encontrar en mi Varsovia de adopción. También en una esquina en el mismo centro vimos, por casualidad, una pequeña y antigua capilla, que pasa desapercibida por estar al lado de una gran iglesia nueva, y resultó ser la más antigua e importante de la ciudad.
Joshua, nuestro último anfitrión (CS) nos recomendó visitar Beer academy, un restaurante que es famoso por producir tres tipos de cerveza propios y también tiene un amplio menú para elegir entre algo para picar o una cena en toda regla para acompañar toda la cerveza que puedas beber o, mejor dicho, pagar ya que no es el sitio más barato para tomarte unas cervezas pero que esperas: el ambiente del sitio hay que pagarlo y si quieres una cerveza exclusiva también. Nosotros recomendamos el local que tiene anuncios en cada hostal y en cada mapa de la ciudad: El Soviet House Cafe que más que para turistas parece hecho para los locales, es una vivienda en la planta baja (hay que tocar al timbre como cuando vas a casa alguien) que está decorada con muebles, libros, calendarios y muchas cosas más de la época del comunismo. No es un museo ni es muy exagerado, simplemente es como un piso de los años setenta o principios de los ochenta de cualquier país del bloque comunista. Incluso la música que ponen es de época. Tienen cerveza barata (la local Kilikia) y comida bastante asequible pero por la tarde-noche se llena y con el humo del tabaco se carga bastante al ambiente para los no fumadores.
También recomiendan visitar el Templo de Garni que fue construido para venerar y hacer sacrificios al Dios Sol. Desde el centro se puede ir con diferentes autobuses hasta la «estación de marshrutkas” que van al templo o pagar un taxi que te lleve, espere y te traiga. Elegimos la primera opción, pagamos las, cada año más caras, entradas y nos encontramos con nuestros primeros grupos de turistas desde hacía bastante tiempo. Actualmente está bastante reconstruido y es evidente que pretenden hacer de él una gran atracción y fuente de ingresos pero merece la pena verlo aunque sea por contemplar los alrededores y el emplazamiento. Intentamos hacer auto-stop para volver pero acabamos volviendo de la misma forma que fuimos hasta allí.
Lo bueno de Ereván es que está en el centro del país y sirve de base para visitar cualquiera de las regiones que por muy lejos que esté, siempre estará cerca en este pequeño país.
- Síguenos a través de Facebook.
- Echa un vistazo a nuestro Instagram. A través de las historias podrás ver donde estamos y que hacemos.
- Suscríbete a nuestro Newsletter y una vez al mes recibirás las novedades de nuestro blog.
Si te gusta lo que hacemos o te ha gustado este post, díselo al mundo: presiona alguno de los botones de abajo y comparte (estaremos muy agradecidos). Apóyanos con algún comentario o un «Me gusta». Significa mucho para nosotros. Muchas gracias.
Víctor
Latest posts by Víctor (see all)
- Cataratas en Islandia - 02/09/2020
- Íslendingabók (el libro de los islandeses) y por qué no me hago la prueba de ADN - 10/08/2020
- Descubriendo Plovdiv - 06/07/2020
Esta entrada tiene 0 comentarios