Viaje al pasado en Takayama
Takayama fue nuestra primera ciudad turística. Por supuesto que ya habíamos tenido contacto con lugares turísticos en Tokio como Akihabara, Shibuya o el Templo Senso-ji entre otros. Pero Takayama es una ciudad preparada para el turismo; pudimos comprobarlo en cuanto bajamos del autobús. Ya no éramos los únicos occidentales ni mucho menos los únicos turistas. La lluvia que cayó durante todo el día no parecía afectar a nadie. Hordas de excursiones chinas, familias y grupos de amigos japoneses se paseaban fotografiando todo y a todos. ¿Cómo los diferencio? Fácil. Los japoneses caminan en silencio intentando no molestar a nadie y los chinos gritan, señalan con un dedo que casi meten en el ojo al que pasa al lado, escupen en el suelo… en fin creo que ya habrás visto alguna vez una excursión de chinos en tu ciudad o estando de vacaciones.
Takayama: primeras impresiones
Nuestra primera impresión de Takayama, como ya he escrito, es que es turística pero sin llegar a agobiar. La calle principal es ancha y aún estando llena de tiendas y restaurantes era agradable pasear por ella camino de nuestro alojamiento. Bueno, nuestro hostal contribuyó bastante a hacer que nuestra visita a Takayama resultara tan buena. El dueño del Cup of Tea Hostel nos invitó a alojarnos en su “joven” establecimiento. Tatz, el dueño se ha pasado la mayor parte de su vida trabajando fuera de Japón: en Singapur, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Dinamarca y China. Ahorró dinero para llevar a cabo su sueño: abrir un pequeño hostal en el corazón de su Takayama natal. El Cup of Tea Hostel tiene apenas una año de vida, varios dormitorios muy prácticos tipo cápsula que ofrecen privacidad, una cocina bien equipada y una zona común acogedora además de un pequeño patio. Todo está decorado con estilo y lo conservan limpio y ordenado. Localizado cerca de los atractivos turísticos pero fuera de las calles más concurridas. Si tus pasos te llevan hasta Takayama, dirígete al Cup of Tea Hostel. ¡No te arrepentirás!
¿Qué ver en Takayama?
Takayama se deja ver y descubrir. Es pequeña y compacta y siempre se puede llegar a cualquier lugar andando, incluida la estación de trenes. La zona para caminar por excelencia son las calles del barrio viejo, casas construidas y conservadas como en tiempos del período Edo. Nosotros llegamos a Takayama sin nada planeado, en el hostal nos dieron un mapa (que puedes encontrar por toda la ciudad) y algunas recomendaciones y, sin más, salimos a descubrir la ciudad.
Las calles del barrio viejo están compuestas de casas de madera de una planta. Hoy en día son tiendas de recuerdos y algunas artesanías, restaurantes o destilerías donde degustar varios tipos de sake. Durante el día es imposible hacer fotografías sin que alguien se meta en el cuadro pero a partir de las cinco o seis de la tarde ya no hay nadie al igual que a primera hora de la mañana más o menos hasta las diez. La razón es sencilla, las tiendas abren a las nueve y media o diez y cierran como muy tarde a las seis. Si los turistas no tienen nada que comprar, ni siquiera se molestan en pasear por allí como nos pasó en la taiwanesa ciudad de Jiufen. Pasear por estas calles con las casas de madera oscura, sin gente, sin letreros luminosos es toda una experiencia. Tendrás la sensación de que en cualquier momento va a salir una geisha, un samurái o un grupo de ninjas.
Además de ver las casas desde fuera, te recomiendo que entres en alguna de las pequeñas tiendas que no sean de baratijas Made in China. Desde fuera podrás distinguirlas fácilmente viendo lo que tienen expuesto. Unas se dedican a la madera y el bambú, tienen palillos, soportes para apoyarlos, cuencos de todos los tamaños. Otras se especializan en cerámica con miles de tazas de té o juegos completos donde seguro encontrarás alguno de tu agrado. También las hay dedicadas a tejidos, bolsos, peletería, ropa tradicional y kimonos.
Otras atracciones en Takayama
Por supuesto además de pasear por las calles del barrio viejo, hay más lugares interesantes. Para todos los gustos y para todos los bolsillos.
– Yoshijima Heritage House (entrada 500 yenes). Si quieres ver una casa tradicional por dentro, puedes hacerlo aquí. Abierta todos los días menos los martes de diciembre a febrero.
– Miyaji Heritage House y Matsumoto Heritage House (entrada gratis) Abiertas solo los fines de semana. Los horarios los proporcionan en la oficina de información turística.
– Museo Kusakabe (entrada 500 yenes). Una alternativa a las casa privadas. Una exposición de elementos de los interiores de las casas.
– Museo de Historia y Arte (entrada gratis). Merece la pena ver las construcciones de Yatai, plataformas de varias alturas con decoraciones muy elaboradas que emplean en los festivales de primavera y otoño solo en Takayama considerados unos de los mejores de todo Japón.
– Higayashima Yuhodo Trail (entrada gratis). No es un trekking sino un paseo por una colina salpicada de templos. Silencioso, tranquilo y vacío. Nosotros solo nos cruzamos con cuatro turistas en las más de dos horas que estuvimos. Además tiene vistas a la ciudad y a las montañas que la rodean.
– Hida Folk Village (entrada 700 yenes). Para aquellos que no planean visitar el famoso pueblo Shirakawa-go. Una reconstrucción de las casas tradicionales de los alpes japoneses
Viaje al pasado
Como he dicho, algunas casas son abiertas y puedes visitarlas. Las más populares son las de pago (¿?), Miyaji y Yoshijima. Nuestro presupuesto no daba para visitarlas y, aprovechando que era fin de semana, fuimos a Matsumoto Heritage House que es gratis. Si tu visita no es durante el fin de semana, te recomiendo que pagues y visites por lo menos una de las casas por dentro, es como entrar en otro mundo. Un mundo anclado en el pasado. Estas casas vistas desde fuera no parecen gran cosa. Muchas parecen pequeñas debido a sus estrechas fachadas pero, al entrar, todo cambia. Esa misma casa estrecha es increíblemente larga. El interior guarda muchas sorpresas: jardines interiores, patios, un laberinto de estancias y cocinas con enormes lugares para hacer fuego. Todo decorado al estilo japonés con suelos de tatami (lleva un par de calcetines extra porque están helados) y puertas correderas hechas de bambú y papel.
Pero Takayama no es solo el barrio viejo y las casas tradicionales. Tatz, el dueño del Cup of Tea Hostel nos recomendó el Higashiyama Yuhodo. Este camino empezó a construirlo Nagachike Kanamori del Clan Kanamori (el mismo clan que fundó Takayama). Tenía la idea de reconstruir y conservar diferentes templos y, años más tarde, los unió con un camino que se extiende varios kilómetros. Hoy día el camino está muy bien señalizado. Los templos son diferentes entre si pero lo que más nos gustó fue el viejo cementerio que rodea unas escaleras que ascienden hacia uno de los templos. Lo verás fácilmente porque se diferencia de las partes nuevas del cementerio.
Al comienzo de nuestra visita al país del sol naciente sabíamos que estábamos en un país de contrastes. Takayama se reveló como el opuesto a los modernos y cosmopolitas distritos de Tokio o a la vibrante vida nocturna de Osaka. Un paseo nocturno por sus calles te transportará hacia atrás en el tiempo para sentir como debía ser la vida en el Japón de hace siglos.
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Víctor
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Quiero vivir en Takayama hasta hablar bien Japonés.
Soy de España. De Madrid. Ahora vivo en Murcia estudiando Japonés e Inglés. Soy Profesora de Música jubilada.
Todo lo que podáis aconsejarme será bienvenido.