Gaziantep, la capital del pistacho y el baklava | Turquía del este
Gaziantep (Antep para los amigos) es otra de esas ciudades en las que no vimos ni un solo extranjero. Seguimos por el Kurdistán, por el sureste turco, tan cerca de la frontera siria que Alepo, su capital, está a menos de 70 kilómetros, estamos en una ciudad amenazada por los terroristas del ISIS, en una ciudad donde en el verano del 2016 un ataque terrorista durante una boda kurda acabó con la vida de más de 50 personas. Quizás por todo esto, pocos extranjeros vienen hasta esta ciudad.
Gaziantep es la sexta ciudad más poblada de Turquía y uno de los lugares continuamente habitados más antiguos del mundo, las huellas de sus asentamientos se remontan 6.000 años. A lo largo de ese tiempo ha tenido diversos nombres que declinaron hasta Antep pero, como ocurrió con la ciudad de Sanliurfa, no fue hasta 1984 que el gobierno le otorgó el prefijo “gazi” (veterana en turco). Hoy en día la mayoría de los turcos sigue refiriéndose a ella como Antep.
La capital del pistacho
No es la arquitectura ni los museos ni las mezquitas ni las iglesias antiguas ni mucho menos el casco antiguo lo que hace famosa y atrae a los turcos a visitar esta ciudad… son los pistachos.
Gaziantep es el mayor productor de pistachos de Turquía y el postre más típico del país, el baklava, se elabora con ellos.
Nosotros estuvimos en el mejor baklavasi evi (salón o tienda de baklava) de Gaziantep, comimos varios tipos diferentes y creemos que los hemos probado mejores pero nosotros no somos turcos, para nosotros es un gusto adquirido; ellos (los turcos) son capaces de apreciar matices en el sabor del baklava que nosotros tardaríamos toda una vida en aprender.
Por cierto, nuestro baklava preferido nos lo recomendó Erdal, nuestro anfitrión en Diyarbakir. Es soğuk baklava y significa baklava frío.
¿Qué ver en Gaziantep?
La mayor atracción de Gaziantep es su ciudadela (Kale) ubicada en el centro del casco antiguo y rodeada de edificios históricos, mezquitas y antiguas iglesias, algunas de ellas transformadas en mezquitas. Fue concebida por los romanos como torre de observación y después de numerosas extensiones hasta el siglo VI llegó a tener su aspecto actual. Junto a uno de los muros de la ciudadela se encuentra una preciosa construcción, el Tarihi Naip Hamamı, un hamam del siglo XVII aún en funcionamiento.
Parte del casco antiguo de Gaziantep está bastante reconstruido pero, afortunadamente, han respetado el estilo y los materiales empleados. Decenas de calles estrechas flanqueadas de edificios de piedra con ventanas de madera hacen que sea un placer pasear sin dejar de mirar hacia arriba. Siglos de historia esperan ser admirados. Casas históricas convertidas en pequeños museos dedicados a la gastronomía, a los juguetes, a la guerra, al hamam, a Ataturk y más; muchos de ellos por solo 2 TRY (unos 0,30 euros).
Hay muchos bazares. Andando por algunas de las calles principales del casco antiguo se pueden ver entradas a pequeños callejones que, unos metros más allá, se dividen en varios pasillos dedicados casi en exclusiva a un producto: artesanos dedicados al repujado de estaño y cobre, tallando madera o a la confección del calzado típico de la ciudad: los yemeni. Por supuesto hay puestos de especias, té y café, ollas, sartenes, teteras y demás menaje para la cocina. Telas, ropa, dulces, pañuelos, herramientas… todo lo que necesitan los habitantes de la ciudad lo encuentran aquí, incluso antiguos caravanserais llenos de cafeterías/teterías y restaurantes donde descansar de las compras delante de un vaso de té fumando una narguile.
Una zona del casco antiguo no visitada son las calles que ascienden desde Atatürk Bulvarı. Muchas de las casas que ocupan esas calles son restaurantes y cafeterías de varias alturas en torno a un patio interior donde grupos de amigos pasan el tiempo bebiendo decenas de vasos de té, hablando y jugando. Un lugar ideal para sentarte a descansar después de los largos paseos por el casco antiguo y el bazar.
Muchos de estos lugares los encontramos por nuestra costumbre de perdernos por las pequeñas calles y por los mercados pero otros nos los recomendó nuestro anfitrión en Gaziantep: Levent que además de acogernos en su casa y de las largas veladas de conversaciones con él y su amigo Erhan que justo estaba de visita en la ciudad, nos llevó a un restaurante donde probamos unos diez platos diferentes y al mejor sitio donde comer baklava en Gaziantep, la capital del pistacho.
Teşekkür ederim, Levent.
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Víctor
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Me gusto tu perspectiva saludos desde México guadakajara
muy realista tu presentacion yo he vuelto estos dias de Gaciantepy es tal como cuentas
la agricultura es como si estuvieramos en la Mancha toledana